miércoles, 1 de febrero de 2012

Confundir y confundirnos...

Estas últimas semanas son difíciles. Las medidas de este gobierno hieren la sensibilidad de cualquiera que lleve años trabajando por una sociedad más equitativa y más justa. El panorama, más que oscuro, es de tristeza por la desidia y la abstención de muchos y muchas que nos ha llevado a esta situación. Probablemente haya llegado el momento de hacer una profunda reflexión sobre posturas propias y ajenas; sobre la necesidad de unir fuerzas y no dividir por gustos y preferencias; o de confundirse de enemigos.
Los movimientos del 15M (en plural) abogan por atacar a los sindicatos, algunos sectores del Feminismo por dividir al propio Movimiento; personas que, hasta ahora, se definían progresistas por dejar 'trabajar' a los gobernantes, antes de opinar; etc. Tengo cada día más la impresión de asistir a un terremoto ideológico, una Gran Confusión orwelliana en un ineluctable camino hacia la distopía. La vuelta a 1984 (la novela y las decisiones del PP coinciden) debería hacernos reaccionar, a la vista de:
1.- La policía del pensamiento: la persistente rehabilitación de las autoridades eclesiásticas en los asuntos públicos, la supresión de valores laicos en la formación cívica y ciudadana del alumnado, la desaparición de la violencia de género para diluirse en el entorno familiar, el cuestionamiento del libre derecho a elegir o no la maternidad con la vuelta a una Ley de supuestos, la inculpación de jueces defensores de los derechos humanos, o de la reparación histórica, etc. hacen temer una progresiva censura del pensamiento, un adoctrinamiento en 'valores cristianos' próximos a las opciones de los gobernantes y alejados del ejercicio de la libre decisión sobre la propia realidad de ciudadanas y ciudadanos.


2.- La neolengua: En sus primeras y polémicas declaraciones, el nuevo ministro de Educación, de sonado apellido teutón, habla -como no- de la calidad de la enseñanza, y del profesorado. También insiste en un modelo bilingüe de enseñanza (entendiéndose bilingüe como inglés).  Nos deleita así mismo con eufemismos como 'mejores profesores', deja entender que la diversidad cultural y lingüística en el aula es causa del fracaso escolar  (habla de la avalancha marroquí, en Ceuta y Melilla, manipulando con alevosía la diversidad de lengua materna y nacionalidad) y apuesta por un modelo 'concertado' de la enseñanza (léase privado subvencionado con fondos públicos). Estamos ante una nueva jerga eufemítsica, digna de la Lingua Tertii Imperii a la que se refería  Kemperer, aludiendo a la transformación de la lengua, operada por el régimen nazi de la Segunda Guerra Mundial. Me atrevería a decir que en este momento, también, la policía del pensamiento orwelliana se inmiscuye en la terminología. Y, como indicaba Chomsky, refiriéndose a EE.UU., "haciendo que en numerosas ocasiones sea imposible exponer puntos de vista opuestos a la política imperante". 
3.- La terminología orwelliana, la legislatura año 2012 del PP:
Corriendo el riesgo de que se me echen encima los neocons (en francés algo así como un híbrido entre neoconservadores -neoconservateurs- y neocons -nuevos estúpidos-, me atrevería a comparar el discurso político actual y la categorización de ciudadanos y ciudadanas con lo imaginado por Orwell. Y si no, lean esto que pido prestado a la Wikipedia:

  • Caracrimen o Caradelito (facecrime), rostro con una expresión impropia (como por ejemplo mostrarse incrédulo ante el anuncio de una victoria), lo cual está perseguido por la ley.
  • Doblepensar (doublethink), habilidad de mantener en la cabeza dos pensamientos contradictorios, uno realista y opuesto a la doctrina del Partido, y otro moldeado y de acuerdo con éste, de manera que la forma de actuar, el comportamiento y el propio pensamiento sea congruente con lo que dictamine el Partido, independientemente de las demás ideas que haya en la mente.
  • Negroblanco (blackwhite), aplicada a un enemigo se refiere a la costumbre de afirmar descaradamente que lo negro es blanco (contradiciendo la evidencia, que es aquello que el Partido ha prescrito), mientras que si se refiere a un miembro del Partido significa afirmar de buena gana que lo negro es blanco, cuando el Partido así lo indique.
  • Patolengua o Patohabla (duckspeak). En el apéndice a 1984 Orwell explica:    Al final de cuentas, se esperaba que todos emitieran palabras desde la laringe sin que participaran en absoluto los centros del cerebro. Este propósito se admitía con toda fuerza en la palabra patolengua de la Neolengua, la cual significaba “graznar como un pato”. Igual que otras palabras del vocabulario B,patolengua tenía un significado ambivalente. Siempre y cuando las opiniones que se patolenguaran fueran leales, era una alabanza, así que cuando el Timesse refería a un orador del Partido como un patolenguado doblemásbueno le dedicaba un cálido y apreciado elogio.

Sirva esta entrada de mi blog como señal de alarma, como alerta naranja sobre lo que viene. Y como llamada a la unidad. Frenar en lo posible la debacle democrática con una oposición fuerte, ideológicamente comprometida y dispuesta a reivindicar con su trabajo los logros conseguidos. Apoyar a  los interlocutores sociales y organizar los movimientos ciudadanos, defender los derechos ciudadanos, la escuela pública, el derecho a la vivienda,  la autonomía y la independencia de las mujeres para decidir sobre su vida y su maternidad, trabajar por la corresponsabilidad, luchar por la dignidad de las y los trabajadores, defender la so(r)lidaridad, reconocer la aportación de las personas inmigrantes, optar por un modelo de codesarrollo real, trabajar la diversidad como riqueza y como hecho normalizado. Y cuestionar, cuestionar, cuestionar, sin prisa y sin pausa, la merma de derechos adquiridos, la corrupción del sistema, la apropiación indebida de los bancos. Se lo debemos a quienes nos precedieron y lucharon, nos lo debemos a nosotras y nosotros mismos, se lo debemos a quienes nos siguen en el viaje del tiempo.
¡Ningún paso atrás! Y si hay que volver a desalambrar, desalambremos. ¡Y hackeemos!





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