martes, 26 de abril de 2011

Finlandia: del sueño a la pesadilla.

Durante los últimos años, se nos ha venido presentando a Finlandia como EL país de la educación exitosa, un modelo de participación, de evaluación y de logros educativos basados en un sistema que muchos han querido comparar, para criticar a este último) con el modelo vigente en el Estado español.
Quienes más, quienes menos, afirmaban que el modelo educativo europeo en general (y español en particular), generaba futuros ciudadan@s de poco nivel, de mediocres resultados escolares y de criticable madurez política y, al fin, de poca proyección internacional, por su escasa competitividad.

Más allá de la falta de rigor que supone comparar un país del tamaño de Finlandia con otro de casi 50 millones de habitantes, han sido numerosas las ponencias, presentaciones y otras declaraciones que insistían sobre la escasa formación del profesorado (cierta), la falta de motivación (cierta) de buena parte parte de sus  miembros, y lo anticuado del sistema educativo actual.Y much@s caímos en la tentación de rendir culto a ese modelo finlandés...

Sin embargo, quienes nos dedicamos a trabajar, reflexionar e investigar sobre la educación y, más concretamente, la educación en valores, en cualquiera de sus variantes (escuela primaria, instituto, universidad, formación inicial del profesorado, desarrollo profesional y formación continua, educación de personas adultas, educación no formal, etc...), llevamos muchos años llamando la atención sobre ese otro "éxito" que deberíamos alcanzar: una educación para todas y todos, equitativa (que no igualitaria); una escuela con una estructura democrática y participativa, diversa y plural, plurilingüe e intercultural.
Una educación que abra puertas y ventanas al mundo, desde la propia identidad no limitadora. Una escuela productora más que reproductora de sistemas anticuados y de pensamiento único.

Creemos necesaria una profunda reflexión-acción sobre la esencia del modelo educativo, sobre su indispensable asociación a todo lo diverso que nos rodea, sobre la necesidad de desarrollar en el alumnado la capacidad de analizar, expresar, ...criticar, en fin, desde el conocimiento, sí y desde la sensibilidad, la apertura de mente y el cuestionamiento de los propios parámetros identitarios de partida.
Las tendencias nacionalistas, la reivindicación del factor rhesus discriminatorio, el racismo biológico -de nuevo en auge-, la xenofobia basada en la desigualdad socioeconómica, las tradiciones culturales o  el desprecio hacia una lengua materna de "poco prestigio", están a la orden del día. Los Países Bajos, Francia, Dinamarca, Italia, Suecia y ahora, Finlandia, vuelven a políticas de Derecha propias de otros tiempos no tan lejanos, cuando la persecución de unos marcaba la superioridad de otros. Despreciar para destacar. Superman contra Untermensch.

Es imprescindible que las personas involucradas de una manera o de otra en el ámbito educativo hagamos un esfuerzo de lucidez y de coherencia.
Lo "mejor", lo "exitoso", no siempre se limita a la adquisición de conocimientos y desarrollo de la competitividad. La adquisición de conocimientos, si no va acompañada de formación ética y solidaria, sólo nos llevará al fracaso de la ciudadanía.
Finlandia, sueño de muchos, se está convirtiendo en la pesadilla de la democracia, la igualdad y la solidaridad. ¿Es eso lo que pretendemos para las próximas generaciones? ¿Es éste el modelo que queremos dejarles?

sábado, 19 de marzo de 2011

21 de marzo: día contra el racismo y la discriminación

Hace algún tiempo, Luz Martínez Ten y yo reflexionamos sobre racismo e interculturalidad.
Esta unidad didáctica está pensada para trabajar en educación formal o no formal, principalmente con adolescentes, aunque puede adaptarse a enseñanza de personas adultas e, incluso, a formación de formador@s.
Esperamos que os sea de utilidad.
Contra el racismo y la discriminación. Unidad didáctica.

viernes, 25 de febrero de 2011

Soy yo, tus circunstancias e Internet (1)

La actualidad va a veces más rápido que mi capacidad de procesar la información y los acontecimientos. Llevo cinco semanas sin escribir en este blog y el mundo se ha dado la vuelta. Desde la intervención de Cameron , hace unas semanas, en la que cuestionaba el modelo multicultural de la(s) sociedad(es) europea(s),  que yo pensaba analizar,  hasta las revueltas de Túnez que cedieron el paso a la revolución pacífica de Egipto, y las menos pacíficas de Bahrein y ahora de Libia (que me refuerzan aún más en la convicción de  analizar el discurso de Cameron….) y pasando por las perlas dialécticas de Ana Botella  y de Fernando Savater,  hoy me quedaré con  una primera reflexión sobre las identidades…
Qué es lo que conforma nuestras identidades? ¿Somos productos eternamente inacabados?  ¿podemos seguir refiriéndonos al lugar de procedencia o de crianza como tierra de raíces?
Un día hablando con Bonifacio, de Camerún, me decía que existe la costumbre en su país, de enterrar el cordón umbilical del niño o la niña que nace, debajo de un árbol, para que siempre recuerde sus orígenes. A mí, como a muchos de los que le escuchábamos me pareción una imagen preciosa. Con el paso del tiempo, la he ido cuestionando. Por supuesto, no la tradición en sí, sino mi propia mirada sobre su significado.
¿A qué pertenecemos? ¿Cómo nos definimos? ¿Qué es la identidad? ¿Es lo mismo que la cultura? ¿Podemos tener muchas identidades culturales, o sólo una hecha de la intersección de otras muchas?
Ante las palabras de Cameron, quien presenta el multiculturalismo como un fracaso, quizás sea necesario recordar algunas de sus características…

Hace aproximadamente veinte años, las sociedades europeas optaron por sistemas de gestión de la diversidad distintos según su propia manera de categorizar a los individuos, y según su propio concepto de Estado.

a. Asimilacionismo. Este modelo, vigente en Francia, defiende básicamente la absorción de los diferentes grupos étnicos y culturales en las sociedades receptoras que se suponen homogéneas y que defienden su forma de convivencia desde el convencimiento de que no debería cambiar con la llegada de personas extranjeras. Desde esta posición se defiende la cultura del país como superior a las demás. Se utilizan  todos los recursos para que las personas que pertenecen a grupos culturalmente minoritarios modifiquen sus conductas y se adapten a los valores, costumbres y formas organizativas  del grupo de la sociedad receptora. Entre otros problemas, el asimilacionismo crea grandes resistencias tanto al grupo mayoritario como a las personas de las minorías que se sienten rechazadas y estigmatizadas.
b. Integracionismo. Es un modelo complejo que surge a comienzos de los años setenta que intenta superar las teorías asimilacionistas para plantear la igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas, tratando de encontrar la unidad en la diversidad. Ejemplo de este modelo sería el melting pot (crisol)  en Estados Unidos donde se pretende crear una cultura común que recoja las aportaciones de todos los grupos culturales y étnicos sin que ninguno se imponga al resto. Sin embargo no se ha conseguido el objetivo que se pretendía: la anglosajona sigue siendo la cultura dominante y la desigualdad social y  económica están muy fuertemente unidas a grupos étnicos. “las acciones positivas en favor de las minorías han servido únicamente para evitar, aparentemente, el conflicto y el desequilibrio que podrían desestructurar el orden establecido y mantener las jerarquías de privilegios sociales, cediendo sólo en aquellos aspectos superficiales que no dañan el status quo”.
c. Pluralismo o relativismo cultural. Este es el modelo de multiculturalismo anglo-sajón, y también puesto en práctica en Alemania. Cada grupo tiene derecho a conservar, educarse  y desarrollar su cultura en igualdad de condiciones. La visión esencialista de cada cultura plantea que todas las culturas son valiosas y tienen derecho a mantener su identidad intacta y sin contaminar. La tolerancia  se extrema hasta el punto de que no existe una mirada crítica de las actuaciones de los grupos. Para preservar su identidad  defienden una suerte de separatismo, incomunicación  y autonomía, ya  que se consideran en peligro de desintegración si interactúan. Cada grupo defiende sus propios intereses frente a los intereses de la mayoría y renuncian así a la "contaminación" o sentimiento de pertenencia de una sociedad abierta.  Los distintos colectivos reivindican disponer de sus propios espacios como colegios, centros sanitarios, asociaciones, etc. que respondan a su forma de obrar. Este modelo estático puede utilizarse para legitimizar la permanencia de las desigualdades: una falsa tolerancia que termina discriminando a los grupos minoritarios porque al quedar aislados no pueden participar en medios culturales más amplios.
Frente a estas propuestas, entendemos que sólo la interrelación entre las personas puede luchar contra estos fracasos:
Interculturalismo/Interculturalidad. Hablar de interculturalidad es hacer referencia al encuentro, el diálogo y el intercambio cultural. A pesar de los obstáculos a la libre circulación, España se ha transformado en la última década en un país de inmigración. Desde el marco de los Derechos Humanos, el reconocimiento de la riqueza cultural y la necesidad de una participación activa e inclusiva, la interculturalidad propone:
-El diálogo y el intercambio entre los grupos culturales de forma que todas las personas participen en una construcción social más justa y solidaria.
-El respeto a las culturas, incluida la propia, desde una mirada crítica que cuestione aquellas prácticas y destierren aquellos valores que entren en conflicto con los derechos humanos universales.
- La convicción que la cultura es un factor importante a la hora de explicar la discriminación pero que debe ser considerado al mismo tiempo que otros,  como los económicos, sociales, de género, etc...
- La igualdad de condiciones, derechos y deberes para las personas de origen inmigrante con los que disfrutan los nacionales. Todas las personas deben tener derecho a participar activamente  en  la sociedad, sin tener que renunciar a su cultura de origen. Es decir que es necesario que se cumplan los principios de igualdad y justicia social en el marco del pluralismo democrático para que se pueda llegar a un verdadero entendimiento intercultural[1].
En otras palabras, y para  entender mejor este concepto, podemos resumir sus principales características como sigue:
·       La Educación Intercultural constituye una oportunidad de enriquecimiento de todas las personas, que tiene lugar a partir del intercambio, la apertura y la  interacción -tanto cognitiva como afectiva-, con los valores, los modos de vida y las representaciones simbólicas de las culturas con las que convivimos.
·       Fomenta la promoción de valores como el  respeto y la cooperación, de carácter universalista.
·       Facilita el diálogo entre las personas de distintas culturas, defendiendo la riqueza de la diversidad, el intercambio y la búsqueda de nuevas formas de relación, en las que se pueda establecer una convivencia abierta, democrática y solidaria, compartida por toda  la sociedad.
·       Trabaja por  la consecución de las condiciones de igualdad y justicia social que erradiquen situaciones de discriminación, a la vez que favorece la igualdad de oportunidades y de derechos.
·       Elimina los prejuicios y discriminaciones hacia los grupos minoritarios, promoviendo el respeto a los Derechos Humanos.
·       Impulsa la participación y representación de los grupos minoritarios en todos los ámbitos y espacios sociales.

Del multiculturalismo a la transculturalidad
 El concepto de interculturalidad ha ido evolucionando al tiempo que se ha ido precisando y focalizando en distintos ámbitos. Podemos afirmar que de la convergencia de culturas, (la aculturación, como adquisición de parámetros culturales distintos a los propios, en contextos multiculturales) hemos pasado a la afirmación de la cultura de cada cual y la construcción del especio común, más allá del espacio compartido.  Es decir que si en un primer tiempo, a mediados de los años 90 del siglo XX, empezamos en el mundo latino a hablar de interculturalidad basándonos en el estudio de las relaciones entre culturas y no simplemente en la observación y respeto de las diferencias culturales, más propio del pluralismo o relativismo cultural del mundo anglosajón y de la coexistencia de culturas diferentes pero con espacios reservados del multiculturalismo, la primera década del siglo XXI nos lleva a una nueva reflexión sobre la evolución de estos conceptos y a una idea de transculturalidad, sobre la que escribiré en otra ocasión. En efecto, si los conceptos de «aculturación», «interculturalidad» y «multiculturalidad»/»multiculturalismo» fueron definiéndose para atender a determinados fenómenos socio-culturales desde los presupuestos teóricos y metodológicos de la idea de las sociedades como entidades organizadas en el marco de la nación, los de «transculturalidad» e «hibridación transcultural» responden a dinámicas que han surgido a consecuencia del debilitamiento del Estado nacional y de las llamadas culturas nacionales, en vista del resurgimiento de nuevos espacios y procesos sociales a nivel global. Partiendo de las reflexiones de Néstor García Canclini en su ensayo sobre la «globalización imaginada», podríamos precisar: se trata de identificar el objeto cultural de la globalización desde una mirada sociológica y de desarrollar una teoría cultural en consecuencia.
En otras palabras, cuando desde el ámbito educativo seguimos hablando de enfoques interculturales, tomando como medida la relación entre individuos con culturas de origen distintas, nos seguimos refiriendo a un espacio asimilado a un estado-nación, delimitado y con fronteras físicas claras: seguimos hablando de culturas ancestrales “puras”, en contacto, y no tenemos en cuenta la evolución espacial – cibernética de la interculturalidad en un mundo interconectado.
A diferencia de los procesos globalizadores anteriores a la segunda mitad del siglo XX, la actual globalización desarrolla un carácter totalizador al convertirse en «un nuevo régimen de producción del espacio y del tiempo» (Canclini, 1999: 47). Con ayuda del desarrollo tecnológico y la aparición de la «sociedad informacional» (M. Castells), la economía del mercado acelera el acercamiento de las culturas y crea contactos transculturales con sus correspondientes efectos, positivos o no. 
 Por lo tanto, podríamos entender la transculturación como la consecuencia de una profunda transformación de la relación entre lo social y lo cultural, en función de la adaptación del sistema societario a un entorno cambiante, que es la globalización. La sociedad responde a las fases de aumento de complejidad de sus estructuras con una correspondiente transformación de la semántica, es decir, del conjunto de significaciones, símbolos y sentidos, resumidos bajo el concepto de «cultura».
No cabe duda, estamos ante un fenómeno muy complejo, al menos en dos sentidos:
1. Ante el atractivo de la fusión y encuentro productivo de distintas culturas en un espacio o en situaciones de contacto (libres de la sumisión al Estado nacional), se derrumba el mito de la “cultura nacional”).
2. En segundo lugar, el creciente contraste entre las culturas autóctonas establecidas y la experiencia multicultural hace disminuir la relación entre cultura e identidad, propia del modelo moderno (Moreno, 2002).
 Retomando como punto de partida de esta reflexión, los recientes acontecimientos en el norte de África, es importante hacer alusión a la sociedad de la información, a las redes sociales fundamentalmente, quienes han constituido en sí mismas un espacio transnacional, transcultural y transgeneracional de movilización ideológica, alejado de fronteras geográficas y de cultura única.  Lo que ha movido a miles de personas a manifestarse es un sentimiento común de hastío ante los abusos y la negación sistemática de los derechos ciudadanos. Podríamos hablar de movimiento democrático impulsado por una comunidad identitaria voluntaria, entendiendo por ello, la agrupación de personas con sentimientos similares, objetivos comunes, y necesidad compartida de hacerse oír.
Los viejos modelos culturales e identitarios, ya no sirven y es hora de repensar el orden mundial. Cerrar fronteras y luchar contra la inmigración física para proteger modelos de sociedades “puras”  se está convirtiendo en un intento desesperado de agarrarse al pasado. La red viaja libremente llevándose las ideas de todos y todas alrededor del mundo. 
En palabras de Amin Maalouf en “El desajuste del mundo”, “es nuestra evolución moral la que debe dar un acelerón considerable, es ella la que debe situarse urgentemente al mismo nivel que nuestra evolución tecnológica, y eso exige una autentica revolución en los comportamientos”. 
Las identidades nacionales tienen intereses económicos y políticos en conservar territorios, pero de no tenerse en cuenta la constante evolución del ser humano, su capacidad de repensarse, de reconstruirse o –simplemente- de elegir ser otra persona, el actual modelo europeo está abocado al fracaso. Y no por –como decía Cameron- incorporar a personas de origen extranjero a “nuestras” sociedades, sino, precisamente, por no hacerlo.

Martínez, L. y Tuts, M. (2005): Formación en educación intercultural para asociaciones juveniles. CJE.
[2] García Canclini (1999): La globalización imaginada. Paidós. Buenos Aires-México. “Para explorar cómo pueden surgir sujetos que puedan cambiar el rumbo de la globalización es necesario, entonces, descubrir lo que García Canclini llama “nuevos espacios de intermediación cultural y política” (30). El trabajo intelectual debe apuntar entonces a que “el futuro de la globalización lo decidan ciudadanos multiculturales” (36)”.
[3] Más sobre este tema en
Kaufmann, C (2001): Historiografía y Memoria colectiva. Tiempos y territorios. Miño y Godoy. Buenos Aires.


lunes, 17 de enero de 2011

Formación en Marrakech

Acabo de volver de Marrakech, donde tuvimos la evaluación del primer curso de formación on line, con los compañeros y compañeras del  SNE (Syndicat National de l'Enseignement), curso organizado por ISCOD (Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo) y FETE UGT.
Este curso, sobre Ciudadanía y solidaridad, concebido dentro de una plataforma de formación Ecole ouverte de Formation está siendo un éxito. El equipo de formadores del sindicato marroquí se ha involucrado completamente en la formación y esperamos llegar a finales de 2011 a formar a 250 personas, susceptibles de ser, a su vez, agentes multiplicadores.
Es increíblemente alentador comprobar cómo el discurso ideológico y los enfoques de los dos sindicatos convergen: importancia de la escuela pública, incorporación de la perspectiva de género en todos los ámbitos educativos, metodología participativa y compromiso por una escuela democrática.
Seguiré informando en unos días. Vuelvo con las pilas cargadas. Y con la sensación de que entre todos y todas estamos haciendo un buen trabajo. A veces nos puede el desaliento, de este lado del Mediterráneo, a pesar de las facilidades de las que gozamos. En el terreno, en cambio, existen muchas más dificultades, pero el entusiasmo y la voluntad de contribuir al cambio educativo y social son muy fuertes. A veces, al volver a pisar tierra en Madrid, me gustaría encontrarme la misma voluntad y el mismo entusiasmo que los que dejé allá.



 
 

domingo, 2 de enero de 2011

Ya está!

Ya hemos hecho balance del año 2010, nos hemos comido el turrón y las uvas y nos hemos deseado miles de cosas buenas. Se acabó. 
Hoy es día 2, la vida vuelve a la normalidad, a la rutina y al orden. Bendita sea la rutina, el ritmo y los deberes... Existe para mí una paz interior profundamente ligada a las pequeñas cosas: los rituales cotidianos, las palabras pronunciadas, el marcar de las horas. Y, dentro de esta rutina, dejo lugar a la improvisación. Sin embargo, el caos alimenticio, afectivo y de horarios que se vive en estas fechas "tan entrañables" me causa estrés. Duermo mal, como mal, no me habito ni habito el espacio, me descoloco, me pierdo.
Hoy amaneció el día fantástico: sol, cielo azul con nubes lindas, paz y sensación de deber cumplido. Paseo por el monte, cantar de los pájaros y primer almendro en flor...





Ya, por fin, se fue el año e, igual que al 2009, lo hemos despedido como a un pariente cercano y algo pesado, al que se le acompaña a la puerta, con la obligación de seguir conversando otro rato más, por miedo a que se ofenda.
Y luego, uffff... ¡qué liberación!

Yo no haré pues balance del año pasado. Sólo lo recordaré, como suelo hacerlo con los demás por las cosas que aprendí:
Aprendí que la felicidad no es resultado de nada sino proceso cotidiano
Aprendí que el trabajo bien hecho nace de la cooperación y de la confianza
Aprendí que hay quienes viven del esfuerzo ajeno y pasan por la vida de rositas
Aprendí que no hay que tener miedo. A veces el miedo somos nosotr@s mism@s
Aprendí que para hacer bien el arroz, no hay que poner dos veces y media el volumen de agua
Aprendí que hay que desdramatizar las cosas y optar por el lado lúdico de la vida
Aprendí a no mover un dedo sin firmar un contrato previamente
Aprendí a aprender de cada cosa vivida, de cada rabieta, de cada risa y de cada atardecer
Aprendí que una es capaz de reinventarse cada día
Aprendí que las TICS no son solo una herramienta tecnológica
Aprendí que para dormir bien debo acostarme antes de las doce, aunque lea hasta las tres
Aprendí a desaprender
Aprendí que las palabras tienen más poder del que se les atribuye
Aprendí a mirar desde otras miradas
Aprendí que es falso que los días tengan 24h
Aprendí que los niños no son lo mío, pero que a algunos hasta se les puede querer ;-)
Aprendí a usar Mac.
Aprendí que Facebook no me quita intimidad
Aprendí que la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida
Aprendí que después de la tormenta, si estás en el lugar adecuado, sale el arco iris
Aprendí que argumentar con elegancia molesta más que descalificar
Aprendí a lidiar con algunos toros mansos y algunas vaquillas resabidas
Aprendí a poner cara de póker del 1 al 31 de diciembre

En cuanto al que viene, quiero:
Aprender a no decir que ya lo sabía -aunque efectivamente ya lo sabía ;-) 
Aprender a trabajar con constancia y no solo bajo presión
Aprender a hacer pan
Aprender a desdramatizar y optar por el lado lúdico de la vida 
Aprender a incorporar algunos conceptos de la slow food a mi quick life
Aprender a escuchar por enésima vez lo mismo sin tener ganas de dar un portazo
Aprender a negociar con asertividad
Aprender que hay que dejar a algunas personas en el camino
Aprender que la libertad de ser autónoma tiene un precio alto (y ser capaz de asumirlo)
Aprender que hay chantaje hasta en las relaciones de trabajo
Aprender a hablar en público sin sudar
Aprender a elegir mejor mis batallas
Aprender a desayunar sano
Aprender a andar al menos una hora al día
Aprender a pedir ayuda
Aprender a aprender

Ya está. Y si consigo la mitad al 31 de diciembre de 2011, me daré por satisfecha. Ah, por cierto, ¡el orden de los factores no altera el producto!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ser una esposa (años 50)

Hoy os invito, simplemente, a reflexionar sobre el contenido de esta presentación. Creo que da pie para el debate en clase de todas las asignaturas... O para tratar de la corresponsabilidad...
Leyendo la prensa, cuando ya van 71 mujeres asesinadas, me parece que la sociedad no está tan alejada de aquella realidad...   Queda mucho trabajo por delante.

Los deberes de una buena esposa

sábado, 18 de diciembre de 2010

FELIZ VIAJE AL 2011 PARA TOD@S!!

Cuando llegan esas fechas, podemos optar por distintas actitudes: maldecir de la parafernalia navideña, abandonarnos a la melancolía y a la nostalgia, odiar cordialmente a la familia, meternos en la cama y despertar el 7 de enero... o, simplemente, seguir sonriendo al amanecer, como cualquier otro día del año y celebrar, eso sí, que estamos rodeados de quienes nos quieren o de quienes queremos.
Pienso en las muchas personas que se despiertan solas, que pasean solas, que me encuentro solas en el supermercado, en el bar, en el metro. Pienso en la autonomía y en la soledad, en la diferencia entre ser una persona solitaria y sentirse sola. 
Pienso en quienes celebran en estas fechas aleatorias el inicio de la cristiandad, como se festeja el cumpleaños de quien ha nacido sin papeles ni identidad, y cuya fecha de nacimiento se impuso el día que entró a la escuela o en el ejército. Pienso en ese sin papeles, en su madre embarazada y en su padre asustado, huyendo de la autoridad, de la policía, condenados al exilio y a la clandestinidad. Pienso en esos millones de amnésicos de misa semanal y en lo que ha quedado el ejemplo del tal Jesús.
Pienso, también, en nuestra capacidad de crear: creamos lazos afectivos, creamos ideologías y discursos, obras de arte, historias bien escritas ...  en definitiva, somos capaces de crear y de re-crear nuestra propia vida. Tenemos la inmensa suerte, como decía hace poco alguien, de revivir nuestra infancia tantas veces como queremos y de relegar al cuarto oscuro todas las vivencias que nos han hecho daño. Somos capaces de crecer. Y crecemos, cada día. Aprendemos cosas nuevas, aprendemos sobre los demás y sobre una misma, cometemos errores y aprendemos aún más. Y nos perdonamos. Y nos levantamos. 
Este final de año 2010, con las incertidumbres y las inseguridades que -a algun@s- nos amenazan ante esa crisis financiera, debo confesar que me siento con mucha fuerza. Corro el riesgo de caer en lugares comunes pero creo, realmente, que la fuerza está dentro de una. Las circunstancias externas pueden ser terribles, nos puede dar la vuelta a la vida, pero existe dentro de cada mujer maltratada, de cada obrero sin trabajo, de cada familia desahuciada una fuerza propia que le ayudará a volver a empezar.
Para el 2011, deseo que seamos más solidari@s, no sólo en palabras: la solidaridad como la escucha deben ser activas. La sociedad civil tiene mucho que decir.
Además de criticar a la banca, tomemos medidas: existen bancos solidarios donde -curiosamente- nuestro dinero está más seguro, porque no especulan con fondos dudosos; compremos en tiendas de comercio justo, donde el beneficio generado se reparte con justicia a quienes trabajan. Denunciemos los abusos de cualquier tipo, donde nos los encontremos, hagamos oír nuestras voces contra la explotación, la injusticia, el maltrato, la discriminación... rebelémonos contra las leyes segregadoras, contra el recorte de los derechos de las personas, exijamos una educación equitativa, basada en el desarrollo de la autonomía, la calidad educativa, el compromiso del profesorado y de las familias.
Construyamos una sociedad en igualdad, donde se reconozca el papel fundamental de las mujeres en la construcción de la ciudadanía, donde no sólo hablemos de acceso a las oportunidades sino del ejercicio de los derechos.
Así que sugiero que, por una vez, quienes rechazamos con fuerza el mes de diciembre, miremos más allá de los villancicos y del eccema que nos producen, y nos levantemos con los buenos propósitos de enero, el enamoramiento de febrero, el cosquilleo primaveral de marzo, la alegría de las lluvias de abril, la mirada multicolor de las flores de mayo, el alivio de llegar a junio para quienes trabajan en educación, el recuerdo del olor a mar o montaña de los meses de verano, la motivación y el compromiso del mes de septiembre, el descubrimiento de algo nuevo en los meses de octubre y noviembre... hasta volver al odiado mes de diciembre, quizás esta vez un poco menos. ¡Buen viaje a tod@s!